Pasivo-Activista

En la época moderna a la cual nos enfrentamos, pleno siglo XXI, la evolución se confunde con polución, y el respeto al arte y la cultura no es lo fundamental. Somos descendientes de toda una generación frustrada por la represión y romper este estigma congelado es más complicado de lo que puede parecer, pues la sociedad actual se acostumbró a la forma de vida conformista, y una buena melodía o un ramo de colores no será más importante que una visita al mall bebiendo del agua negra del capitalismo.
Somos como una máquina receptora, que procesa todo tipo de información, la televisión, la radio, el metro, la calle, la ciudad, la región, todo un país, un mundo que corrige lo incorregible y desvanece nuestros sueños llamándonos “locos” por no respirar su contaminación, y nos dicen “soñadores” por no apagar nuestros ideales. Es decir, somos PASIVOS, absorbemos, analizamos y a diario observamos de las antiguas influencias, de las historias del arte, la música, la danza, el teatro, y de toda manifestación que nos pueda mantener la mente selecta.
Todo esto, se procesa, se manipula y se equilibra, triturado en nuestra mente y reconstruido en nuestras almas algo totalmente nuevo y puro, sin estar exentos de mucho contenido e inspiración. Jamás imitación!
Así el arte nos conduce a un conducto de escape, en que las emociones y nuestros más profundos anhelos, emanan desde nuestros poros para ACTIVARLO frente a la realidad, la sociedad.